Yorgos Lanthimos, heredero Bressoniano

Podemos decir que La Favorita (2019) ha sido la película de Lanthimos que ha llegado más lejos, concretamente hasta los Óscars. Muchos están ya embelesados por la ociosidad cruel de Lanthimos.

Sin embargo los que le conozcan habrán notado en esta película un cambio: quizás la entrada en un periodo aperturista que le puede meter definitivamente en Hollywood usando medios de superproducción — añadiendo además como si fuera poco a la actriz del momento Emma Stone a sus filas. Adicionalmente, esta es la primera película donde Lanthimos no figura como guionista.

Esos guiones son los que han regido la personalidad de su cine a lo largo del tiempo, desde que los guiones eran todavía en griego, desde que le conocimos en Cannes con Canino (2009). Para todos ustedes revisamos las claves de su escritura y su dirección: surrealista, áspera, absurda y con el poder de sonsacar una risa nerviosa.

Palabras vacuas

El cine de Yorgos Lanthimos es uno donde las palabras no significan nada. Tomemos el ejemplo más puro, Alpes (2011), donde un pequeño grupo consigue un sobresueldo substituyendo a fallecidos recientes en esas familias donde se echan de menos. De esto que se teatralicen las palabras de los fallecidos, que se materializan a duras penas como eco de la pérdida. Una pantomima donde lo más importante no son las conversaciones de cartón-piedra, sino el clima de absurdidad que se genera. Somos testigos del engaño omnipresente en escena y la necesidad de los personajes de agarrarse a un clavo ardiendo. En Alpes se tematiza que todos hemos llegado al mundo para substituir a otra persona. Al final de la película, algunos personajes no han salido del pozo, pero otros sí, y la última intervención de ese personaje victorioso luce por fin un convencimiento reconfortante, una sinceridad reencontrada.

El pensamiento de Bresson sobre el cinematógrafo (nombre que se obstinó en darle al cine) se puede encontrar en su diario de aforismos reeditado como Notas sobre el cinematógrafo de Robert Bresson.

La fijación de Lanthimos en su última fase griega con el paralenguaje (1) nos transporta al cine de Robert Bresson, quien para mayor disparate filmó Lancelot du Lac (1974) con actores que en vez de representarlos, recitaban los textos de memoria con la intención que “la imagen plana” del encuadre transmitiera la espiritualidad que faltaba (2). Un ejemplo análogo puede ser Diario de un cura de campaña (1951), en la que Bresson da toda la importancia a la voz del narrador y ninguna a sus personajes.

Impasibles

Ahora Lanthimos es también el heredero de la cinematografía de Bresson (2), que bien podría decirse cinefotografía por sus imágenes asépticas. Sus personajes reaccionan de manera anodina a los estímulos, son tan ajenos al mundo como lo puede ser un niño que juega a las películas (3). Ese es el caso de los jóvenes de Canino, quienes han vivido en una burbuja toda su vida y no conocen más allá de la puerta de su jardín: tan pronto como consiguen infiltrar el VHS de Rocky dentro de su casa, empiezan a imitar a Silverster Stallone.

Alpes parece reflexionar sobre el Teatrum mundi, con una protagonista que de tanto actuar, de tanto hablar desde la memoria en vez del sentimiento, ha desarrollado un personaje, una fachada que cubre un profundo vacío identitario.

El uso de cámara voyeur sumado a la música de thriller durante el primer tercio de El Sacrificio de un ciervo sagrado (2017) da una nueva dimensión de suspense a la obra del director, que incomoda con la frialdad de la interpretación, demostrando mismamente la perícia que tiene Lanthimos al usar la interpretación rígida, cambiando así hacia el género de Hitchcock (4). La Favorita contiene también trazas de esto, particularmente el humor inglés pre-Wildeano en la rigidez de la nobleza, aunque solo sea residualmente.

Un mundo de parábolas y desenlaces amargos

La rigidez en Lanthimos a menudo media por el aislamiento de los individuos entre sí. El colapso mental durante la coreografía de aniversario en Canino y el ataque de celos en la clase de bailes latinos en Alpes son dos momentos de catarsis donde el estado interno de los personajes encaja por contraste con el ambiente festivo, sublimándose sus conflictos internos.

El baile en Langosta (2015) es visto como un ritual impuesto para encontrar pareja, ya que aquél que no consiga casarse en un tiempo limitado será convertido en animal. Las premisas que fundan los mundos de Lanthimos se resumen en pequeños mandamientos, pero tienen un gran importancia como parábola: ya sea la obligación social de vivir con una alma gemela o la necesidad de escoger a un hijo favorito en El Sacrificio de un Ciervo Sagrado. Son imposiciones antinaturales que se pueden trasladar a la crítica de gobiernos autoritarios. El director disfruta creando contradicciones que deberán resolverse con un oscuro y violento sentido del humor.

Estas parábolas también tienen un único final posible: un punto de no retorno en el que los personajes quedan mutilados de por vida por tal de encajar en estos mundos cotidianos o huir de ellos. Finales que funcionan como una pregunta, delante del espectador helado, finales que gritan: «vean lo que ocurre cuando alguien se obsesiona con una idea».

Z. Armentano.

Notas
(1) Paralenguaje: aquello que se encuentra en los limites de lo que se define como lenguaje. Lo que pone a prueba el lenguaje.
(2) André Bazin (Cahiers du Cinéma) liga esto con el hiertismo de los actores de Dreyer en películas como La Pasión de Juana de Arco (1928), donde el crítico reconoce un afán de representar los rostros “como un espejo del alma”.
(3) Igual en Alpes los personajes se juntan para imitar a celebridades muertas.
45) En El Sacrificio… destaca incluso una escena bajo el puente de Brooklyn como referencia a Vértigo.

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